La cultura de los
indígenas de América varía enormemente. La lengua, la vestimenta y
las costumbres varían bastante de una cultura a otra. Esto se debe a la extensa
distribución de los americanos y a las adaptaciones a las diferentes regiones
de América. Por ejemplo, debido a la región semi-desértica, los chichimecas de Aridoamérica nunca
llegaron a formar una civilización como las de Mesoamérica,
sus vecinos al sur. Como consecuencia de esto, los chichimecas formaron una
cultura basada en la práctica de nomadismo. Aunque los aztecas e incas formaron
civilizaciones extensas y ricas, la vestidura de ambos dependía mucho del clima
de sus tierras. En Mesoamérica, donde el clima es más caliente, solían usar
menos vestimenta que los habitantes de los Andes. Aun así, hay algunas
características culturales que la mayoría de los indígenas americanos
practicaban.
Música
Niño pijao.
Los alientos y
las percusiones fueron
los instrumentos mayormente usados por las culturas indígenas de América. En
casi todo Estados Unidos y Canadá, la música fue acompañada de percusiones
monofónicas. Se cree que en el centro de México y Centroamérica la música fue
hecha a partir de escalas pentafónicas. Se suele considerar que antes de la
llegada de los españoles, la música era inseparable de las festividades religiosas,
festividades que incluían una gran variedad de instrumentos de viento y
percusión como tambores, flautas, conchas de caracol (usados como trompeta) y tubos
de lluvia. En cuanto a los instrumentos de cuerda,
algunos grupos llegaron a emplearlos utilizando elementos naturales (frutos y
troncos ahuecados) e incluso la cavidad bucal como caja de resonancia;
usualmente no se emplearon sino dos o tres cuerdas tensadas sobre algún arco,
mismas que eran punteadas, con o sin plectro, sin formar lo que en Occidente se
conoce comoarmonía.
En general se puede decir que no se tiene una idea precisa de cómo pudo haber
sido aquella música, puesto que no se preservan documentos con notación
musical; sin embargo algunos cronistas españoles, los misioneros, señalan que
las percusiones servían como medios de comunicación y narran que fue tal su
sonoridad al llegar que los espantaba.
Después de la entrada de
los españoles, el proceso de conquista espiritual se vio favorecido, entre
otras cosas, por el servicio musical litúrgico al que se integró a los
indígenas cuyas dotes musicales llegaron a sorprender a los misioneros. Fueron
de tal magnitud las dotes musicales de los indígenas que pronto aprendieron las
reglas del contrapunto y la polifonía e incluso el manejo virtuoso de los
instrumentos, ello ayudó a que no fuesen solicitados más músicos traídos de
España, lo cual molestaba significativamente al clero. La solución que se
planteó fue no emplear sino a cierto número de indios en el servicio musical,
no enseñarles contrapunto, no permitirles tocar ciertos instrumentos (alientos metales,
por ejemplo, en Oaxaca,
México) y, por último, no importar más instrumentos para que los indios no
tuviesen acceso a ellos. Esto último no fue óbice para el goce musical de los
indígenas, quienes experimentaron la construcción de instrumentos,
particularmente de cuerdas frotadas (violines y contrabajos)
o punteadas (tercerolas),
es allí donde podemos encontrar el origen de la ahora llamada música
tradicional cuyos instrumentos poseen una afinación propia y una estructura
típica occidental.
En cuanto a la fusión de
tradiciones musicales, en México se preservan dos pequeñas obras sacras de don Hernando
Franco Dios
itla tonantzin e In ilhuicac, que combinan el
método contrapuntístico occidental, con la lengua náhuatl y una rítmica no muy
común que introduce lo que parecieran algunos errores contrapuntísicos que más
que accidentes son provocados.
Agricultura
Frutos
de tuna de Ancash, Perú.
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